jueves, 6 de marzo de 2014
CFPM01-14(2). M2_UF1. REFLEXIONES EN TORNO A LA ACTIVIDAD.
En cuanto a la primera cuestión sobre cuál de las tareas de la vida real que había marcado en la anterior que mencionaba en la anterior entrada puede servir para enseñar una lengua me quedaría sin duda con llevar al niño a la piscina. En principio puede resultar chocante, pero en este caso llevarle a la piscina supone tomar transporte público para llegar hasta ella, lo que supone una interacción con el conductor en una situación comunicativa. Pero por otra parte supone una preparación de los enseres necesarios, bañador, gorro toalla, por lo que se trabajaría también un vocabulario específico. Por último, habría también una interacción dentro del contexto marcado por la piscina donde donde habría situaciones comunicativas específicas. Así pues, con el objetivo de trabajar estos elementos sería una tarea adecuada para enseñar lenguas extranjeras.
En cuanto a la segunda cuestión sobre si algunas de las tareas que realizo como aprendiente de idiomas procede de la vida real, puedo enmarcarlas dentro de las conversaciones con distintos tópicos. Así pues, un ejemplo de ello sería cuando hablamos de cocina tener que presentar una receta a los compañeros. La cotidianidad de las acciones hace que el aprendizaje sea significativo, por tanto más eficaz.
Por último, en lo referente a la traducción de la tarjeta no creo que la estrategia que siguiera si tuviera que hacerlo de nuevo fuera muy diferente. Efectivamente, en primer lugar volvería a pensar en qué es lo que conozco sobre felicitaciones navideñas en la lengua a la que quiero traducir.En segundo lugar, y si hiciera falta, buscaría vocabulario específico, y por último comprobaría la coherencia posible entre ambas versiones.
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